El buque pesquero Sagrado Corazón de 23 metros de eslora naufragó frente al puerto de Rawson en agosto de 2016. De esa fecha hasta la actualidad también naufragaron los diferentes proyectos para su remoción.

En diciembre de 2020 se constituyó una comisión multisectorial que analizaría diferentes alternativas para que se lleve a cabo el despeje la zona del varamiento. De aquella comisión participaron organismos provinciales, municipales y representantes de un astillero capitalino.

La propuesta del dueño del astillero chocó con planteos de organismos ambientales respecto a la mecánica que se iba a utilizar para mover el barco con determinadas maquinarias, que aportaría Vialidad Provincial.

El impulso inicial que había tomado el proyecto de remoción se fue desvaneciendo con el correr de los meses, al punto que los representantes del astillero se corrieron de la comisión multisectorial por considerar que había trabas burocráticas que no hacían viable el objetivo de quitar el barco pesquero y proceder a su posterior desguace.

La Prefectura Naval Argentina realizó numerosas intimaciones a la empresa propietarias del malogrado barco pesquero, pero no hubo respuesta favorable en ningún caso, aduciendo que carecían de financiamiento para reflotar la embarcación.

Mientras tanto avanza el proceso de licitación para llevar a cabo el dragado del puerto, una obra largamente esperada, pero que tendría alguna complicación puntualmente en el sector en que está semihundido el pesquero.

Como se recordará, los trabajos comprenderán el dragado desde la desembocadura y el trayecto del río donde se encuentra la flota amarilla, hasta aguas arriba del puente de “El Elsa”. La estimación es que se moverá un volumen de material de aproximadamente 360.000 metros cúbicos.

El buque en cuestión obstruye la normal circulación en ese sector, aunque no ha afectado la operatoria pesquera en ninguno de los muelles de Rawson, pero sigue siendo un tema de preocupación por parte de las autoridades locales.

El plan original que se había esbozado a fines del año pasado requería además de la autorización de la Prefectura, al tiempo que se habían hecho publicaciones para que la empresa dueña del barco estuviera en conocimiento de lo que se iba a realizar, y avalar la cuestión o apelar la misma. Se había planificado fecha para el mes de marzo, pero finalmente todo se postergó y aún sigue encallado, sin que haya por el momento un cronograma para el inicio de las tareas de remoción. fuente revista puerto