Transferido su permiso al “Luigi”, el armador acordó la venta del buque a la empresa de Roberto y Esteban Ciccolella, quienes le pondrán el permiso del “Sirius III”, ex “Loba Pesquera”. Parte de la tripulación cambia de firma y hubo cuatro marineros despedidos.
La habilitación para que el “Luigi” salga a pescar con el permiso del “Ur-Ertza”, más allá de las controversias judiciales y la oposición del Consejo Federal Pesquero a que lo haga como congelador por haber renunciado la empresa armadora expresamente a dicha operatoria para pescar merluza al fresco, dejó al buque cedente en condiciones de recibir un nuevo permiso y seguir pescando.
En las últimas horas se confirmó que la empresa Solimeno había acordado con “Allelocic SA” la venta del barco. La firma de Roberto y Esteban Ciccolella, armadores ya del “Mircea C” y “Nuevo Viento” incorpora un nuevo buque a su flota y amplia su capacidad de captura.
Allelocic le transferirá al Ur-Ertza el permiso del “Sirius III” que en su momento perteneció a Loba Pesquera. Ese activo fue comprado por Pedro Baldino en su momento, quien a fines de 2019 amarró en el muelle 7 de SPI al buque chileno “Friosur VIII”, un fresquero de 50 metros, que intentó importar usado.
La presión de la industria naval, particularmente los astilleros locales, ante la Secretaría de Industria fue mayor que los intereses de la firma armadora y los gremios marítimos para obtener la licencia de importación temporaria, y el buque terminó yéndose en silencio de la terminal marítima local.
Pero en el medio Pedro Baldino le vendió el buque a Allelosic, con la promesa de lograr incorporarlo a la matrícula nacional y cederle el permiso del “Sirius III”. Eso finalmente no ocurrió y ahora aparece el “Ur-Ertza” para recibir el permiso del fresquero, cuyo trámite administrativo ante los organismos de la Subsecretaría de Pesca no ha terminado aún.
El buque hace más de dos meses que no sale a pescar y en este tiempo los gremios marítimos han seguido de cerca las negociaciones entre ambas empresas. Hay once tripulantes afiliados a SIMAPE, de los cuales cuatro no pasarán a revistar bajo el mando del nuevo propietario.
“Fueron despedidos con telegrama y recibieron la totalidad de la indemnización”, confiaron en el gremio. En el grupo la antigüedad de los marineros desvinculados asciende a diecisiete años.
Hay un grupo de cinco marineros que negocia el traspaso y donde Solimeno se haría cargo del 50% de la antigüedad y los nuevos patrones, de la otra mitad. En tanto los restantes dos marineros están viendo la posibilidad de quedarse a trabajar en el pesquero “Virgen María”.
En cuanto a los oficiales de máquinas del buque, Solimeno los habría retenido para asignarles funciones en otras embarcaciones de su amplia flota.
Cuánto pagó Ciccolella por el barco de Solimeno es un secreto por ahora bien guardado. Tampoco se sabe por ahora si mantendrá el nombre o será rebautizado.
Fuente Revista Puerto