A la campaña de relevamiento de desembarques de corvina rubia en el área comprendida entre el límite exterior del Río de la Plata y el límite interior del mismo, que el Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires habitó hace dos semanas le falta lo más importante: corvinas para muestrear.

De las dieciséis parejas que fueron seleccionadas para participar del relevamiento fueron pocas las que pudieron realizar tareas de pesca entre las ventanas de buen tiempo que hubo en este período. Participaron costeros de Mar del Plata y embarcaciones de rada/ría de Lavalle y ambas flotas obtuvieron el mismo resultado.

“No hay pescado. Lo poco que encontramos fue de tamaño chico, con un poco de pescadilla”, resumió Sebastián Agliano, armador y presidente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera, ante la consulta de este medio. “Si el tiempo mejora volveremos a salir esta semana”, anticipó el directivo.

En Lavalle el panorama fue similar. De las tres parejas seleccionadas para participar de la prospección solo salió a pescar una de ellas. Encontraron lo mismo que los costeros: pescado chico y en poca abundancia.

¿Por qué la corvina no ha ingresado todavía en aguas interiores del Río de la Plata desde el frente marítimo? Las fuentes consultadas coinciden en que la temperatura del agua puede ser un indicio. Que todavía es cálida y necesita enfriarse un par de grados para que el recurso entre en las aguas de la Bahía.

Los pescadores creen que este frente de aire frío que se espera para las próximas horas para una vasta región de la costa bonaerense –incluso pronostican que puede caer nieve en Mar del Plata– puede contribuir al enfriamiento del agua.

Más allá de que todavía los técnicos de la Dirección de Pesca bonaerense y científicos del INIDEP no tengan corvina para muestrear, sobrevuelan algunas incógnitas preocupantes para el desarrollo de la temporada.

El año pasado por la corvina entera se pagó entre 75 y 83 pesos, según el tamaño y el momento de la zafra. Ahora los pescadores señalan que como mínimo debería tener un valor de entre 110 y 130 pesos como para arrancar la temporada.

“Se han reajustado salarios de tripulaciones, hubo aumento de combustibles; los víveres en Ensenada son carísimos; lo mismo la estiba en la Bahía… creo que nos quedamos cortos con esos números”, reconocieron armadores que participan del relevamiento provincial.

A partir de este comienzo de relevamiento signado por la falta de corvina, las autoridades evalúan por estas horas extender el tiempo de vigencia más allá del 12 de junio, fecha original de su culminación. Algo parecido pasó en 2020 aunque en el primer año de la pandemia no faltó corvina, sino que hubo un extenso período de mal tiempo que obligó a extender el plazo de vigencia a casi dos meses.

De acuerdo a la estadística que divulgó la Subsecretaría de Pesca, hasta el 26 de mayo el conjunto ictícola del variado costero registró desembarques por 16.944 toneladas. La cifra representa una merma del 17% en relación al mismo período del año pasado cuando se descargaron 2012 toneladas.

Esta merma en las descargas de variado costero generó un cambio de planes en la operatoria del buque frigorífico Libra. El barco tuvo su primera escala a principios del año y se preveía su regreso para estos días, aunque fue aplazada justamente por la falta de carga, principalmente corvina y pescadilla con destino a Camerún.

El Libra ahora cambió de ruta en puertos africanos y en Mar del Plata esperan al Aurora, otro carguero frigorífico que llegaría en el mes de julio. Su bodega de 4 mil toneladas se compartiría en partes iguales con Montevideo.

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