Son tres mujeres que forman parte de los nuevos contratados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca para fortalecer el cuerpo de fiscalización a bordo. Ya tenían libreta de embarque, pero no conseguían trabajo en la marina mercante.
Nancy Giménez se convirtió en la primera mujer en subirse a un barco de la flota comercial y cumplir su rol como parte del nuevo grupo de inspectoras de pesca embarcadas que capacitó la Subsecretaría de Pesca junto con SENASA y la UTN en Puerto Madryn,.
Nancy forma parte del grupo de 40 contratados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, entre los cuales hay 25 mujeres. La ventaja de esta buzo profesional es que ya contaba con libreta de embarque, por lo cual los tiempos se acortaron para que suba a bordo en su nuevo rol como agente de fiscalización.
La inspectora se embarcó el domingo en el congelador Fonseca de la empresa Mattera. Como obrera marítima intentó encontrar lugar en la flota de la marina mercante pero no tuvo suerte. Apenas logró un viaje que nunca pudo repetir.
Ahora se le abre la puerta junto con otras 24 mujeres que han sido contratadas para fortalecer el plantel de inspectores a bordo. “De este grupo más de la mitad ya tenía libreta de embarque con lo cual se irán sumando a la flota de más de 33 metros de eslora a medida que vayamos realizando los correspondientes sorteos”, dijo Julián Suárez, el director Nacional de Coordinación y Fiscalización.
Las otras dos mujeres que embarcan por estos días son Vanesa Sotelo, que sube al Argentino de Pesquera Veraz en Puerto Deseado y Norma Oszust, que zarpa mañana a bordo del Rasmus Effersoe, de Solimeno, desde el puerto de Mar del Plata.
Todos las inspectoras e inspectores son oriundos de ciudades portuarias patagónicas y se capacitaron en Puerto Madryn durante cuatro días. “Tenían conceptos previos de navegación, pero nunca se habían embarcado en barcos pesqueros. Será toda una experiencia y estamos expectantes de ver su desempeño”, confió el Director Nacional.
“Estamos muy contentos de ser los primeros en embarcar una inspectora mujer y esperemos que se abran más oportunidades para ellas”, subrayó Diego Mattera.
Lucía Di Pasquale es una de las referentes de AMAMFyL, un grupo de mujeres marítimas autoconvocadas que funciona en la Patagonia con el objetivo de visibilizar la discriminación que sufren para encontrar espacio a bordo en todas las ramas de la marina mercante.
“También soy buzo profesional y formo parte de este grupo de contratadas para ser inspectoras de pesca”, dice ante la consulta de este medio. “Todas hemos sufrido porque existe un perjuicio muy grande contra las mujeres a bordo. Esta es una manera de generar inclusión”, consideró Di Pasquale. “Estoy renovando el apto médico de la libreta y estaré en condiciones de ser sorteada”, cuenta ilusionada. fuente revista puerto