La Federación de Estibadores Portuarios Argentinos (FEPA) aguarda la decisión del Ministerio de Trabajo de la Nación para confirmar o levantar la medida de fuerza que se aplicaría en todos los puertos del país el próximo viernes 30 de julio y podría afectar la operatoria en la terminal marítima de Mar del Plata por las siguientes 48 horas.

La decisión de la autoridad de aplicación está vinculada al encuadre gremial de 200 trabajadores de la empresa Ursel SA en los puertos de Ibicuy y Concepción del Uruguay. Sobre el río homónimo en Entre Ríos, la cual es apuntada por la FEPA por no tenerlos registrados bajo convenio colectivo de la estiba.

Este martes habrá una nueva reunión en Dirección de Relaciones Laborales del Ministerio y los estibadores mantienen la expectativa por una respuesta favorable para que la medida de fuerza anticipada quede sin efecto.

Hay un dictamen del Ministerio de Trabajo que le da la representación gremial de los trabajadores al SUPA aunque la empresa aduce no haber sido nunca notificada para mantener la situación tal como está ahora, con el personal adherido a un convenio de la Fempinra, la federación del sector naval.

“Hace un año que SUPA ha notificado de esta resolución del Ministerio de Trabajo pero la empresa no la acata. Ellos manejan la terminal portuaria en Concepción y en Ibicuy y parecen hacer lo que quieren”, dijo Esteban González, secretario Adjunto del SUPA en Mar del Plata. “Es gente muy de provincia, tiene miedo de perder su trabajo. La terminal es lo poco que genera actividad para los compañeros y no son otra cosa que estibadores”, remarcó el dirigente.

La semana pasada la FEPA tuvo reunión plenaria de delegados en la sede de la CGT Regional Mar del Plata desde donde plantearon la situación, hicieron el anuncio y explicaron detalles de la presentación realizada ante la cartera laboral.

El contexto en que se desarrolló el encuentro de delegados no fue el mejor. En conferencia de prensa Marcelo Osores, secretario General de la FEPA, contó detalles de la agresión que había sufrido horas antes en Concepción del Uruguay.

“Me agredió una patota al servicio de Ursel. Ibamos en un auto para hablar con los compañeros en una asamblea informativa en Concepción del Uruguay. Nos emboscaron de manera traicionera y me golpearon a mí y a otros tres dirigentes. No fue una pelea de sindicatos como dijeron en algunos medios. Eran más de cuarenta personas contra cuatro. Fue salvaje”, contó el Secretario General, todavía con huellas de la golpiza en su rostro.

Desde FEPA denunciaron que los trabajadores de Entre Ríos ganan la mitad de lo que deberían, no se les brinda la indumentaria y sobre todo, la empresa no quiere reconocer su representación gremial. “Están literalmente esclavizados», subrayó Osores.

En Mar del Plata la situación de la estiba es también compleja en estos meses en que baja la actividad en los muelles a partir de la migración de parte de la flota a pescar langostino.

Las descargas totales hasta el 21 de julio alcanzaron las 192.649 toneladas y en el primer semestre se habían reducido un 17 por ciento en relación al mismo período de 2020 en que hubo una muy buena temporada de calamar.

La falta de illex queda en evidencia en el comparativo interanual del mes de junio, donde la caída es más abrupta. De 42.800 toneladas desembarcadas el año pasado, fueron apenas 22.259 toneladas hasta el 30 de junio de este año.

A los pocos días de haberse iniciado la zafra de langostino desde el SUPA anunciaron el pedido formal de un plus por lucro cesante para atender los costos fijos de las empresas de servicios, demanda que no tuvo eco entre la patronal, que sí recibió la actualización del 20 por ciento en el costo del servicio desde el 1 de julio. fuente revista puerto