El buque pesquero Erin Bruce de la firma Wanchese zarpó de Mar del Plata el pasado 17 de agosto a las cinco de la tarde. El jueves 2 de septiembre pasado, quedó fondeado en rada con un tripulante a bordo que presentaba síntomas compatibles con covid.

Pero el buque no ingresó a puerto sino que lo desembarcó en rada y quedó fondeado a la espera de los resultados. La decisión va a contramano de los protocolos que, aún con cada vez menos cantidad de casos, siguen rigiendo en el puerto de Mar del Plata.

En la mañana del viernes se confirmó que el tripulante había dado positivo por lo que al buque no le quedó más remedio que ingresar a puerto, que se active el protocolo correspondiente como hubiese sido el caso para bajar al primer tripulante, pero esta vez desembarcaron los 29 trabajadores marítimos.

En el Consorcio Portuario aseguran que la decisión de permitir que el Erin Bruce opere a contramano del protocolo corresponde exclusivamente a la Prefectura Naval Argentina. En la fuerza aseguran que fue una cuestión de criterios. Que hubo una radioconsulta con el médico de la fuerza y que se llegó a la conclusión de que los síntomas no eran graves como para poner en riesgo la vida del paciente.

“Además no había lugar para el amarre. Su espacio estaba ocupado por el buque portacontenedores London Trader que se fue esta mañana (por el viernes)”, argumentaron en la fuerza.

Fuentes consultadas en el Consorcio Portuario tienen otra mirada. “Lugar para amarrar barcos en los que se debe activar el protocolo sobraba. Nunca pidieron el giro, nunca quisieron entrar”, aseveran en la administración portuaria.

Es posible que en la empresa armadora hayan imaginado que el tripulante con síntomas, pero ya vacunado, podía tener un resultado negativo que les permitiría continuar con la marea. Ahora los 29 trabajadores están alojados en el Hotel Mar del Plata y al cierre de esta edición se aguardaban los resultados para determinar si hay nuevos positivos en el grupo.

Desde el Consorcio descartaron que la empresa sea multada por no respetar el protocolo porque en realidad nunca escondió el caso sino que se trató de una decisión de Prefectura la que permitió que el buque no ingrese a puerto.

“Vamos a hablar para tener un criterio común ante estos casos. Siempre hay lugar de amarre para barcos que vienen con un tripulante con síntomas”, reiteraron en la administración portuaria.

por Roberto Garrone

fuente Revista puerto