El acuerdo clave que falta de cara al langostino en nación y el contrabando que no cesa


sábado, 21 mayo de 2022

La zafra de langostino en aguas nacionales toma forma pero todavía falta que culmine una negociación clave, cuyo desarrollo transcurre casi en silencio, a la sombra de la ansiedad obrera. Nadie quiere tensar demasiado la cuerda por temor a que se corte pero el tiempo se agota y es necesario que afloren ofertas más tentadoras.

La prospección ya tiene fecha de inicio y desde la Subsecretaría de Pesca habilitaron hasta el 26 de mayo el espacio para poder inscribirse en el relevamiento de las tres subáreas, 14, 15 y 16, entre los paralelos 45° y 47° de latitud Sur y los meridianos 62° y 64° de longitud Oeste. Hasta ahí todo clarísimo.

Ya todos tienen un panorama más o menos certero de lo que sucede en términos biológicos en la pesquería: caída de la biomasa en relación a los últimos cuatro años, retraso en el ciclo reproductivo, menor reserva energética de las hembras para reproducirse, tendencias que lograron revertirse con el lock out de los congeladores en el inicio de la zafra 2020 y se reforzará con este inicio demorado del 2022.

En este escenario y más allá de un aumento del esfuerzo pesquero significativo, el recurso parece en condiciones de repetir los niveles de abundancia que exhibió el año pasado que redondeó las 200 mil toneladas. Habrá que ver la calidad con que llega a muelle. Esa es otra incógnita.

La más trascendente por estas horas es la falta el acuerdo salarial con los trabajadores marítimos. Se suceden reuniones y audiencias pero las partes, sobre todo SOMU y SIMAPE, no terminan de sellarlo. En una Argentina cuya espiral inflacionaria, lejos de disminuir se acrecienta, cuesta mucho calcar el acuerdo del 45% en dos tramos que rubricó la flota fresquera de altura apenas un par de semanas atrás.

Hay una suma fija que anda dando vuelta como comodín para que los marineros del SOMU en barcos de CAPECA puedan equiparar los salarios con sus pares del SIMAPE embarcados en congeladores de CEPA.

Este viernes en la cartera de Trabajo los referentes del sector patronal apuestan a que los funcionarios de Moroni puedan convencer a los sindicatos de llegar a un acuerdo y arrancar la zafra sin obstáculos ni pujas salariales, pero será una misión casi imposible.

Sobre todo porque hoy el SAON paraliza la actividad de los obreros navales en el puerto de Mar del Plata tras rechazar la última oferta del 55% en seis cuotas para el período abril-septiembre y otra del 50% más un bono de 20 mil pesos en abril. En Mar del Plata, “Bono” es el solista de U2.

La puja paritaria en algunos sectores productivos ya saltó al 60% y con cláusula de revisión antes de fin de año. Y las ofertas a los navales nace desde un sector industrial en el que el atraso cambiario, o la inflación en dólares, como le guste, hace crujir su estructura de negocios. Claro que en la pesca también son castigados con las mismas variables pero al menos tienen la chance de subfacturar exportaciones.

Desde las cámaras congeladoras deben caminar haciendo equilibrio para no dejar heridos por el camino. Todavía esta fresco la diferencia salarial que brotó al intentar liquidar salarios por CAPECA buques signatarios del convenio con CEPA. Esa novela terminó mal para los armadores: no pudieron pescar langostino al norte y debieron pagar la diferencia.

Donde parece que no hay diferencias es en la ruta del langostino a Brasil. El contrabando del marisco por la frontera de Misiones es un flujo que lejos de agotarse a partir de la habilitación sanitaria del año pasado, se mantiene estable.

Eso explica por qué Brasil no asoma entre los principales destinos del langostino patagónico. El circuito del contrabando le permite a los compradores brasileños abonar la mitad de lo que cuesta exportarlo oficialmente por los cruces fronterizos.

La carga es mayormente cola pero también cruza langostino entero. De Mar del Plata pero mayoritariamente desde Chubut.  El volumen es difícil de calcular aunque la situación preocupa a empresas radicadas en Patagonia y Mar del Plata.

Hasta dicen que algunos industriales le acercaron la preocupación a Manuel Baldovino, el nuevo director del Centro Regional Buenos Aires Sur la semana pasada en el INIDEP. Desde SENASA saben de qué se había pero aseguran que ese tema no formó parte de las conversaciones. Al menos las oficiales.

Cuando surgió este modelo de negocio hace un par de años y fue publicado en Revista Puerto, desde el organismo sanitario adujeron no poder determinar la cantidad de langostino que tenía como destino la provincia de Misiones. Ahora pasa algo parecido.

Una de las empresas líderes del negocio exportador pesquero argentino apenas vendió 23 toneladas de langostino a Brasil el año pasado. Menos de lo que cabe un contenedor de 40 pies. “En total no debemos haber vendido más de 120 toneladas en blanco desde que se pudo volver a exportar”, reconoció otro exportador.

“Es un negocio que maneja el PCC; ellos lo cruzan de Argentina a Brasil y lo distribuyen hasta San Pablo”, reveló una fuente del sector pesquero. PCC es Primer Comando de la Capital, la organización criminal más poderosa de Brasil. “Si fuese una empresa, el PCC sería la decimosexta más grande del país, por delante del gigante Volkswagen”, escribió el periodista Leonardo Couthino al trazar un perfil de la banda.

En este contexto sería imprudente, por no decir riesgoso, que Dany Embajador pueda encabezar las diligencias y negociaciones para frenar esta práctica desleal con algunas empresas argentinas, pero podrían endurecerse los controles en ruta o en origen.

Las buenas diligencias de Scioli que provocaron el levantamiento de las barreras en la frontera se diluyen junto a las expectativas  de encontrar en Brasil un mercado demandante. Nadie puede ofrecer un producto más barato que el que ingresa de contrabando. Salvo los contrabandistas.

 

 

fuente puertodepalos.net

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