Detectan la presencia de 431 barcos pesqueros extranjeros en el Atlántico Sur: el 80% son chinos


domingo, 30 enero de 2022

La foto que habitualmente ilustra la línea de pesqueros extranjeros en el límite de la milla 201, a la espera de una intrusión furtiva en aguas argentinas del Atlántico Sur, bien podría pasar a ser una película.

Con las primeras luces de este año, el Comando Conjunto Marítimo, creado por el Ministerio de Defensa para reforzar el control y la vigilancia de los intereses argentinos en los espacios marítimos y fluviales, ya realiza un patrullaje permanente durante las 24 horas del día, con renovada tecnología. Funciona en jurisdicción del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, que dedicó los últimos meses a ajustar la planificación de las operaciones.

Así, en el moderno centro de operaciones instalado en el piso 12 del edificio Libertad, sede de la Armada, se registraba ayer al mediodía una concentración de 431 buques extranjeros en la milla 201, a la altura de Comodoro Rivadavia, un paso más allá de la Zona Económica Exclusiva, en la que la Argentina ejerce derechos soberanos.

El 80% de la flota pesquera extranjera detectada por el Comando Conjunto Marítimo en el Atlántico Sur son de origen chino.

Si bien la simple ubicación no los convierte en infractores, no es un dato menor que 417 de ellos son pesqueros y que el resto son buques de apoyo logístico, que les proveen combustible y les reciben las cargas para transportarlas en condiciones refrigeradas a sus puertos de destino.

El 80% de los pesqueros detectados son chinos, el 8% corresponde a España, y otro 8% a Corea del Sur. Completan la escena barcos de otras banderas, como Portugal, y alguna de conveniencia, según pudo saber LA NACION.

Movimientos cíclicos
Estos buques se concentran entre diciembre y mayo en el Atlántico Sur. La zona forma parte de un corredor que se extiende, hacia ambos lados, a los océanos Pacífico e Índico, donde se hallan otros importantes caladeros, como se definen a aquellas zonas marítimas donde los pescadores calan sus redes por la elevada cantidad y variedad de peces. Hacia allí van entre junio y noviembre.

“Se percibe, de esta manera, un movimiento migratorio cíclico de las flotas pesqueras extranjeras, reveló a LA NACION el comandante del Comando Conjunto Marítimo, el comodoro de Marina Pablo Varela.

Muchos de las embarcaciones detectadas se trasladan entre marzo y mayo a la zona norte de Malvinas, favorecidos por los permisos de pesca que concede allí el gobierno malvinense (no reconocidos por la Argentina). Pero los pesqueros chinos no van a Malvinas. Allí van muchos taiwaneses.

“El control de la pesca en la milla 201 no es la única tarea del Comando Conjunto Marítimo. La vigilancia estratégica permite detectar anomalías que afectan intereses nacionales en los espacios marítimos y fluviales y brinda la alerta estratégica necesaria ante una eventual amenaza”, agregó el comodoro Varela, al frente de un plantel de 11 oficiales y 15 suboficiales de la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea.

El centro de operaciones militares, base de las acciones del comando, reúne un equipo de 15 personas permanentes, más oficiales de otros destinos que se suman a las guardias y aseguran el funcionamiento continuo durante las 24 horas.

Desde el comando se dan las órdenes a los medios navales que realizan el patrullaje en el mar y que reciben actualizaciones y precisiones en el transcurso de su misión.

Política estratégica
El Comando Conjunto Marítimo fue creado en febrero de 2021 por una resolución del entonces ministro de Defensa, Agustín Rossi. La planificación y puesta en marcha del moderno centro de operaciones demandó varios meses. El actual ministro, Jorge Taiana, visitó las instalaciones en diciembre y defendió la política de control y vigilancia en el mar como una política estratégica.

“Estamos reforzando nuestras capacidades operativas para un mejor patrullado de la Zona Económica Exclusiva y del área de intereses marítimos; cuidado de los recursos renovables y no renovables y el cumplimiento de compromisos internacionales”, dijo, al incluir también en esa agenda prioritaria el mejoramiento de las bases argentinas en la Antártida.

En octubre de 2021 se firmó un convenio entre los ministerios de Defensa y de Seguridad para enviar alternadamente -cada 15 días- buques de la Armada y de la Prefectura Naval a los patrullajes en el Atlántico Sur. Esto permite una coordinación, que antes quedaba librada un poco al azar.

El 15 de enero zarpó el patrullero oceánico ARA Piedrabuena. Además de los mandos naturales de la Armada, lleva también un oficial de la Prefectura y un técnico de la Subsecretaría de Pesca, para afianzar la coordinación entre los distintos organismos. Una tarea que apunta a consolidar un control estratégico y permanente, en una zona habituada a la depredación de las especies marítimas y los recursos naturales.

 

 

 

 

Fuente: La Nación

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