En este artículo te lo contamos.
Comúnmente se entiende como Marea Roja a un fenómeno producido por la proliferación de microalgas que se pueden observar a simple vista como una mancha en el mar, con una coloración rojiza y esto mismo suele percibirse como peligroso. Sin embargo, en realidad las mareas rojas también pueden ser verdes, amarillas o marrones y pueden presentar o no toxicidad.
El término correcto para denominarlas es Floraciones de Algas Nocivas (FANs). Estos son fenómenos naturales causados por organismos fitoplanctónicos microscópicos que, en condiciones ambientales favorables para su desarrollo, se multiplican y se concentran, produciendo efectos nocivos para los ecosistemas y/o la salud humana.
El término FAN define cualquier proliferación de microalgas (independientemente de su concentración) que sea percibida como dañina para el hombre. Por lo tanto, una microalga de la misma especie puede resultar muy perjudicial en una parte del mundo y pasar totalmente inadvertida en otra si no afecta la salud de sus habitantes o a alguno de sus principales recursos pesqueros o naturales.
Las FAN son una problemática cada vez más frecuente a nivel mundial que ocasionan severos daños sobre la salud pública, pérdidas económicas en acuicultura, perjuicios al turismo y episodios de mortandad de poblaciones naturales de peces, aves y mamíferos marinos.
De acuerdo con las especies de fitoplancton involucradas, los efectos pueden dividirse en dos grandes grupos: el primer grupo de fitoplancton no produce toxinas, pero causa efectos nocivos, como la producción de metabolitos que afectan la calidad del ambiente o mortandad de organismos marinos por anoxia o daño físico a sus branquias. Mientras que, el segundo grupo fitoplanctónico, más perjudicial, es el que produce potentes toxinas que pueden contaminar los alimentos de origen marino y poner en riesgo a la salud humana, ocasionando también la mortandad de organismos marinos por intoxicación.
Sin lugar a dudas, la salud humana es la principal preocupación, ya que las toxinas del fitoplancton se acumulan en los moluscos bivalvos que se alimentan por filtración del agua, siendo estos los principales vectores de intoxicación a las personas.
Los factores que aumentan el riesgo de exposición humana incluyen: el hecho de que las toxinas son inodoras, insípidas y no se desactivan al cocinar; inexistencia de antídotos; densa población humana en las regiones costeras, sumado a la recolección recreativa de mariscos; globalización del comercio de alimentos; la falta o ineficiencia de sistemas de monitoreo en muchas regiones del mundo, y el hecho de que los eventos de FAN son en términos generales impredecibles, si bien tienden a seguir las variaciones estacionales, oceánicas y climáticas.
En el Mar Argentino se han reportado toxinas marinas de origen microalgal asociadas con distintos síndromes de intoxicación por moluscos. El síndrome más grave por su extensión, frecuencia, toxicidad y cantidad de organismos susceptibles de ser afectados es la Intoxicación Paralizante por Moluscos, el cual es causado por el dinoflagelado Alexandium catenella y ha ocasionado numerosas muertes humanas. Seguidamente, el síndrome más leve, en cuanto a gravedad de sus síntomas y frecuencia, es la Intoxicación Diarreica por Moluscos, la cual está asociada a varias especies de dinoflagelados (ej. Azadinium sp. Dinophysis sp.). En contraste, el ácido domoico, conocido como toxina amnésica de moluscos, está asociado a la Intoxicación Amnésica por Molusco, aunque hasta ahora no ha producido intoxicaciones humanas en Argentina. Recientemente, se han registrado en el Mar Argentino las toxinas y los dinoflagelados productores de la Intoxicación Azaspirácidos por Moluscos. Además, se han detectado las potencialmente tóxicas yessotoxinas y espirolidos, cuyos mecanismos de acción y toxicidad están siendo aún evaluados a nivel mundial. Estas toxinas emergentes para la región (es decir, toxinas que están siendo observadas cada vez con mayor frecuencia) representan un riesgo potencial para la salud e inconvenientes socioeconómicos debido al eventual cierre de sitios de recolección de moluscos bivalvos.
Cuando ocurren estos eventos de floraciones de algas nocivas los organismos provinciales de control y monitoreo decretan vedas para el consumo de los mariscos. Lo que hay que tener en cuenta es no recolectar almejas o mejillones de la costa y no consumir bivalvos que no cuenten con el control correspondiente. Las principales especies de interés comercial susceptibles de actuar como vectores de intoxicación en la Argentina son los mejillones comunes (Mytilus platensis), cholgas (Aulacomya atra), almejas (Ameghinomya antiqua), panopea (Panopea abbreviata), ostras (Ostrea puelchana), vieiras (Aequipecten tehuelchus, Zygochlamys patagonica), navajas (Ensis macha, Solen tehuelchus) y los gasterópodos o caracoles marinos (Zidona dufresnei; Adelomelon beckii).
La proliferación de las especies de algas nocivas está regulada por la interacción de diversos mecanismos físicos (estabilidad, turbulencia), químicos (concentración de nutrientes) y biológicos (fisiología de la especie causal, predación, etc.), cuya complejidad es poco conocida. Al igual que las inundaciones y terremotos, estos eventos naturales son inevitables y de difícil predicción, pero sus efectos pueden minimizarse si se actúa con eficacia y serenidad en los casos de emergencia.
En la zona norte de nuestra costa, el inicio de los fenómenos tóxicos ocurre generalmente de octubre a diciembre, con el desenquistamiento de las formas de resistencia de estos dinoflagelados y su reproducción celular. En cambio, si nos dirigimos hacia el sur, por ejemplo, en la ciudad de Ushuaia, estos eventos ocurren en verano porque están asociados a la cantidad de luz, a la estabilidad de la columna de agua y a la temperatura del agua.
Estos eventos pueden ser más frecuentes debido a las condiciones que genera el cambio climático y puede ocurrir que aumenten en su intensidad, que cambien la ventana de aparición o su frecuencia, así como que comiencen a generarse en sectores donde antes no se presentaban.
El sistema de control y monitoreo de toxinas en Argentina surgió en el año 1980, luego de la intoxicación y muerte de dos pescadores por consumo de mejillones con TPM ocurrido en Península de Valdés (Elbusto et al. 1981; Carreto et al. 1986). SENASA es el responsable del monitoreo y control (Resolución SAGPyA 829/06) y coordina esta tarea con los gobiernos provinciales y regionales para la clasificación y control de zonas de extracción y producción de moluscos en cuanto a toxinas legisladas y límites para su consumo.
Las toxinas marinas y los efectos asociados a la salud humana son un problema de salud pública en todo el mundo. La herramienta clave de manejo es la prevención, a través de política, regulaciones y sistemas de monitoreo y control de cada grupo de toxinas. Es necesario profundizar los conocimientos locales de organismos productores de toxinas emergentes y el medio ambiente que favorece su síntesis, cuáles son los posibles vectores de contaminación al hombre, la toxicología, efectos crónicos y sinérgicos.
Los diversos organismos marinos pueden tener varios roles en la red trófica respecto a la exposición e impacto de las toxinas: pueden ser vectores, víctimas o ambos.
Debido a las implicaciones de las toxinas para la salud humana, el papel de los mariscos en general, está bien documentado. Contrariamente, aquellos organismos que no son vectores tradicionales de intoxicación en humanos son poco estudiados.
La mayor parte del conocimiento actual fue generado a partir de eventos tóxicos relacionados con la mortandad de peces, mamíferos y aves marinas, cuya ocurrencia es esporádica e impredecible.
La experiencia de los últimos años nos enseña que no se debe considerar nunca cerrada la lista de especies tóxicas o los efectos dañino en determinada región.
Recientemente, entre el 24 de septiembre y el 11 de octubre de 2022 se registraron 30 ballenas muertas en el Golfo Nuevo, ubicado al ubicado al noreste de la provincia de Chubut, y se observó un número no determinado de pingüinos, aves y otros organismos afectados en coincidencia con un importante florecimiento del dinoflagelado Alexsandrium catenella.
Estos eventos ponen en alerta sobre los alcances sobre la fauna marina de estos fenómenos de difícil predicción. La causa de muchos incidentes tóxicos no siempre es completamente estudiada o discernida, lo que puede conducir a episodios tóxicos no reportados.
El Programa Química Marina y Marea Roja es un programa perteneciente al INIDEP que tiene como misión asistir y asesorar a las autoridades acerca de la ocurrencia de FANs mediante los estudios necesarios para identificar las especies causales, las toxinas involucradas, su transferencia en la trama trófica y los efectos que producen en el medio ambiente y en los recursos pesqueros.
En el marco del Programa también se realizan tareas de asesoramiento y transferencia a otras instituciones nacionales y provinciales con litoral marítimo, al sector privado y a ONGs.
Invitamos a ver en nuestro canal de YouTube a la Lic. Nora Montoya, integrante del programa, que en la sección En Primera Persona habla acerca de los eventos de marea roja.
fuente inidep