subacuático se vio desde las primeras horas del domingo, cuando buzos especializados intentan reflotar al RUA II, el remolcador que naufragó días atrás en el canal de acceso a La Plata.
En las primeras horas del domingo, los buzos especializados comenzaron con las tareas para reflotar el B/R Rua II en el Puerto de la ciudad de La Plata, luego de que este colisionara con el B/T Punta Médanos generándole un rumbo en la banda de babor debajo de la línea de flotación.
Las tareas de alistamiento no son sencillas, pero se vienen realizando arduamente, ya que la autoridad naval de competencia, la PNA, mantiene medidas de carácter especial de seguridad en lo referido a la navegación en el Canal de Acceso al Puerto de La Plata.
Debido a lo complejo de la asistencia para reflotar el remolcador, es que trabajan en forma conjunta varias empresas para una mayor capacidad de operatividad.
Juntamente con el Consorcio de Gestión Puerto La Plata, y la PNA, están desempeñándose las empresas La Plata Remolques, Servi Magnus, Clean Sea y Raúl Negro empresa de salvamento y buceo, siendo la grúa Magnus, perteneciente a Servi Magnus, será quien complete el reflotamiento del remolcador hundido, mientras que el control de toda la seguridad del sector de operaciones está a cargo de la división de salvamento y buceo de la Prefectura Naval.
Recordamos que esta situación se suscitó el sábado 16 de octubre cuando el B/R Rua II anunció en momentos de asistir a la embarcación de mayor porte, tenía un rumbo en la sala de máquinas producido por una colisión.
A raíz del pedido de emergencia recibido por para de la PNA se dispuso se dirigiera en forma inmediata el guardacostas GC-129 Lago Colhué, donde se pudo rescatar a los tripulantes en perfecto estado de salud y los cuales fueron trasladados en forma segura al puerto de la ciudad de La Plata.
El remolcador que está siendo reflotado es de bandera argentina y fue construido en 1976 por un astillero japonés. Posee 33,28 metros de eslora y una manga de 9,5 mts
Consultamos al Ing. Naval Hugo Obregozo, titular del Astillero Vanoli de Quequén, quien nos acotó “no es una tarea fácil, lo más importante es la labor posterior, desarmar todas las piezas mecánicas del motor, hacer un proceso de lavado profundo y rearmarlo; lo más importante es que al momento del naufragio lo hayan apagado antes, de esa manera no ingresa agua por los conductos de aspiración de aire, y se impide que el daño sea mayor”.
También dejo en claro que “los equipos electrónicos salvo tengan cajas herméticas, podrían presentar problemas de toda índole, que si bien el agua es de rio, o sea agua dulce, no es compatible la humedad con ese tipo de componentes. Les llevará algunos meses, pero se puede reflotar y volver a poner operativo”
“Lo que no quedó claro, es como al momento del impacto no intentaron vararlo sobre la costa evitando el hundimiento de todo el casco y obra muerta, aunque fue evidente, por el poco tiempo que permaneció a flote, que el impacto ocasionó un rumbo severo y no dio tiempo a nada” dijo un tripulante de la grúa de reflotado. Fuente pescare