Continua la búsqueda del pescador de 20 años desaparecido en el naufragio de la lancha de pesca artesanal “Paola Andrea”
Desde el jueves 9 de febrero se mantienen los rastrillajes para dar con Matías Roco, el joven de 20 años desaparecido en el hundimiento de la lancha de pesca artesanal, de la que fueron rescataron tres tripulantes.
La Prefectura Naval Argentina inició la investigación sobre las circunstancias del siniestro y la causa está a cargo, por razones de jurisdicción, en el Juzgado Federal de Viedma, la capital rionegrina.
La embarcación “Paola Andrea” de 8 metros de eslora, construida en material de fibra, se encontraba en trámite de transferencia de propietarios y no tenía las certificaciones habilitantes para realizar la actividad de pesca artesanal.
El jefe de la PNA San Antonio Oeste, prefecto principal Daniel Martínez, dio detalles a REVISTA PUERTO sobre las tareas de rastrillaje y búsqueda que se vienen llevando a cabo desde el momento del siniestro. Los tres tripulantes sobrevivientes aparecieron a la altura de Caleta de los Loros, pero no está determinado el punto exacto del hundimiento, aunque los pescadores sobrevivientes señalaron que se produjo una vuelta de campana producto de las condiciones de viento y oleaje reinante en la noche del jueves 9 de febrero.
“Se mantiene la búsqueda y hasta el momento no tenemos ninguna novedad sobre el joven desaparecido. Estamos realizando rastrillajes terrestres y vía fluvial, pero por ahora sin resultados”, indicó Martínez. “Era una lancha de fibra de un poco más de 8 metros de eslora. Si bien estaba registrada en Prefectura con matrícula, no tenía las inspecciones requeridas para contar con la habilitación para ejercer la tarea de pesca”, precisó.
Los tres tripulantes sobrevivientes aparecieron a la altura de Caleta de los Loros, pero no está determinado el punto exacto del hundimiento, aunque los pescadores sobrevivientes señalaron que se produjo una vuelta de campana producto de las condiciones de viento y oleaje reinante en la noche del jueves 9 de febrero.
Por Nelson Saldivia
Fuente revista puerto