inicio de la zafra de caballa

Llegaron los primeros barcos que completaron en tres días de pesca y se pagó 80 pesos el kilo. Se aguarda por la llegada del San Andrés Apóstol, un barco cajonero de más de 7 mil cajones. La buscan al sur del 39°S. En la industria conservera hay demanda por falta de stock.


miércoles, 11 agosto de 2021

Hasta fines del mes pasado se llevaban desembarcadas casi 700 toneladas de caballa, mayormente del efectivo que se ubica al sur del paralelo 39° Sur. Esa cifra seguramente comience a crecer en los próximos días cuando se contabilicen las descargas de los primeros barcos que armaron para capturar la especie pelágica.

El domingo a la mañana descargaron los fresqueros Rocío del Mar y Júpiter II, que completaron en tres días de pesca, según confiaron fuentes de la estiba que participaron de la tarea de descarga.

Para las próximas horas se espera la llegada del San Andrés Apóstol, un barco fresquero de grandes dimensiones y con capacidad para almacenar en bodega más de 7 mil cajones; su armador decidió mandarlo a magrú y ya tiene varios cajones reservados en las conserveras locales.

“No es una cuestión de falta de cupo de merluza sino de precio. Creen más conveniente pescar caballa y por eso armaron”, confiaba un viejo pescador consultado por este medio sobre la decisión de volcar un barco de grandes dimensiones y los riesgos que implicaba vender toda la carga.

“Nosotros compramos de estos barcos que entraron el domingo y vamos a comprar algunos cajones del San Andrés”, reconoció Alejandro Pennisi, de Indupesa. La mayoría de la carga ya estaba reservada para Copeca, la conservera de Sebastián Greco que produce latas bajo la marca Puglisi. Otro que seguramente tendrá cajones reservados es Marbella, la empresa del macrocentro norte de Mar del Plata.

Por el pescado que llegó el domingo se pagaron 80 pesos el kilo, aunque creen que cuando la oferta sea más sostenida puede bajar unos pesos.

Otros barcos que estaban pescando caballa o los estaban por armar son el Callejas, el Madonina y también el Don Nicola, aunque su armador, Jorge Salim, aseguró que el barco seguía a merluza en la última marea.

“El Padre Pío arma ahora para magrú y ya arreglamos para comprarle la captura”, anticipó Emiliano Rosso Quesada, gerente de Marechiare. En la conservera evalúan mandar un barco propio, el Atrevido o el Argentino, para recibir magrú. Dependía sobre todo del precio en muelle y de la evolución de la zafra de langostino donde hoy operan ambos fresqueros.

La incógnita de todos es saber justamente la evolución del precio del pescado. Entienden que el techo son esos 80 pesos y que comenzará a bajar, sobre todo si el San Andrés Apóstol comienza a repetir mareas con asiduidad. Algunos especulan en que puede estabilizarse en los 70 pesos.

“La demanda es firme porque no hay mucho stock y hemos tenido buenas ventas”, reconoció un industrial del sector.

En la conserva trabajan más de 600 operarias además del personal temporario que se suma para la zafra y también las que trabajan en saladeros bajo el sistema de cooperativas, cuyo número es difícil de precisar.

Después de una temporada de anchoíta patagónica en la que, pese a las irregularidades en el acceso a la materia prima, todos pudieron producir en volúmenes parecidos a la temporada 2020, en el sector esperan ansiosos la señal de largada para alcanzar la tan ansiada regularidad, al menos hasta fin de año.

Fuente revista puerto

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