El responsable del programa de conservación y pesca del Círculo de Políticas Ambientales (CPA), reveló que en el comienzo de esta semana se registraban 244 pesqueros extranjeros depredando el Atlántico Sur.

En el monitoreo satelital observó 142 buques de bandera China, además de barcos coreanos, españoles, como así también de Camerún, Panamá, Rusia, entre otros. Nada que por estas latitudes ya no conozcamos.

Ambientalistas sostienen que no hay ningún caso en el mundo con una concentración tan grande de embarcaciones, sin ninguna regulación, en un área tan limitada. Sostienen que esa franja donde opera esta flota causa un severo daño ambiental al ecosistema marino del Atlántico Sur y a la economía de los países costeros.

Schvartzman en varias oportunidades ha explicado que el efecto o impacto que provoca un barco que está pescando en la Milla 201, es el mismo impacto si ese barco estuviera pescando en la milla 199, que sería pesca ilegal. La única diferencia es la denominación jurídica, pero el impacto en el ecosistema tiene el mismo efecto para el ambiente marino.

La coyuntura institucional y política de Argentina ha hecho que, desde fines de diciembre de 2023, toda la atención haya estado centrada en la reforma pesquera que propiciaba el gobierno de La Libertad Avanza y en la abrupta suba de retenciones a las exportaciones que planteaban para la industria.

Schvartzman aseguró que “es importante que Argentina ratifique de manera urgente el acuerdo de la OMC sobre la prohibición de los subsidios a la pesca ilegal”.

El conservacionista reiteró en recientes declaraciones a PARTE DE PESCA que “hay que empezar a trabajar con otros países de la región como Brasil y Uruguay para coordinar un monitoreo y medidas para restringir esta actividad”, dijo al tiempo de advertir en forma categórica que “si esta pesca si sigue aumentando de esta manera en algún momento habrá un colapso del ecosistema marino del Atlántico Sur”, concluyó.

Fuente Parte de pesca