"El trabajador portuario quiere trabajo, no víveres"
La economía local de Puerto Deseado sufrió otro golpe significativo luego de que el buque mercante «Varamo» abandonara el puerto sin realizar las operaciones de descarga y exportación previstas, tras un paro sorpresivo de los estibadores. La decisión del sindicato de no prestar servicio generó graves perjuicios económicos, no solo para las empresas involucradas, sino también para un amplio sector de la comunidad que depende de la actividad portuaria.
El buque comenzó a operar el domingo a las 19:00 y hasta pasada la medianoche había descargado 64 contenedores vacíos pero el sindicato de estibadores decidió suspender las operaciones, pese a que se encontraba en el marco de una conciliación obligatoria. La causa de la paralización fue la falta de acuerdo sobre demandas salariales y una serie de reclamos que, según los trabajadores, no habían sido atendidos.
«El sindicato está pidiendo un aumento salarial y no hubo acuerdo con las empresas de estibaje. Además, reclamábamos una respuesta a una nota presentada al Gobierno, exigiendo que las empresas que operaron en otros puertos durante la temporada de langostino nos devuelvan los jornales caídos», explicó un trabajador en diálogo con Mar&Pesca. El sindicato también exigió la asistencia de un fondo pesquero prometido y solicitó una audiencia con el gobernador, ya que, según los trabajadores, las autoridades locales no toman decisiones clave sobre su situación.
A pesar del esfuerzo de algunos trabajadores para evitar que el buque zarpara, la orden de Maersk, la empresa naviera propietaria del «Varamo», fue clara: debido a la imposibilidad de continuar con las operaciones de descarga, el buque debía zarpar. Cerca de las 21:00 horas, el «Varamo» soltó amarras y se retiró del puerto, dejando en tierra 120 contenedores con productos pesqueros y algunos pocos con material minero.
«El precedente marcado por Arbumasa»
La partida del buque expuso la grave crisis que atraviesa el sector pesquero y portuario de Puerto Deseado. Según empresarios locales, el panorama es cada vez más sombrío, la insensatez de algunos dirigentes locales y falta de intervención política agrava la situación. «Somos rehenes de un grupo de 5 personas que constantemente amenzan con romper todo, Deseado está desprotegido, el puerto está destruido, y en lugar de buscar soluciones, los políticos están más preocupados por aparecer en las fotos. Ante este panorama, las empresas están evaluando seriamente abandonar la localidad. Arbumasa marcó un precedente cuando se fue, y ahora hay varias empresas que ya tienen ‘una pata afuera'», advirtió un armador local.
«El trabajador portuario quiere trabajo, no víveres»
En medio de la tensión, un estibador expresó su frustración por la situación: «Hay gente en el puerto que quiere trabajar, pero no te dejan y no podemos seguir espantando el poco trabajo que llega. Es vergonzoso, pero hace pocos días el Gobierno nos entregó bolsones de víveres en lugar de gestionar más barcos. El trabajador portuario quiere trabajo, no víveres», manifestó.
La crisis que atraviesa el puerto deseadense refleja no solo una lucha laboral, sino también un profundo malestar por la falta de respuestas del Gobierno y la creciente incertidumbre en la comunidad local.
fuente mar y pesca