Es uno de los frigoríficos que tenía el Grupo Caputo donde reprocesan pescado fresco casi cuarenta trabajadores. El traspaso mantiene todas las fuentes laborales y respeta la antigüedad. En estas horas el nuevo responsable de la firma se presentaría ante los obreros.
El propietario de la firma Allelocic acaba de cerrar la compra del frigorífico Taturiello, uno de los eslabones productivos del Grupo Caputo. El establecimiento está ubicado en calle Cerrito al 900 del barrio Puerto Mar del Plata y se desconoce el monto que englobó la operación.
Las partes venían negociando hace más de tres semanas atrás y ayer desde el SOIP reconocieron que la compra estaba hecha y que incluso se esperaba por estas horas la presencia del nuevo propietario, Leandro Ciccolella en el frigorífico para una presentación oficial ante los propios trabajadores.
Taturiello era uno de los centros de reproceso de pescado fresco que tenía el grupo Caputo, junto con la empresa Ostramar y Mc Chili, otra planta satélite donde tiene a los fileteros en dos turnos de trabajo cuando llega pescado fresco.
En Taturiello trabajan 39 personas bajo convenio colectivo, según reportaron fuentes del SOIP. La operación de compra incluyó a todo el personal, al que se le respetará la antigüedad. Lo que se desconoce por ahora es si la planta tendrá otro nombre de fantasía.
La pista de una posible venta de uno de los activos del Grupo Caputo la dieron hace un tiempo sus propios trabajadores a partir de lo dicho por los delegados en contacto con los directivos. Desde la empresa les habían anticipado un posible traslado de personal para unificar las dos plantas; los obreros de Taturiello y Ostramar en un solo predio.
Quizás en ese momento no estaba definida la suerte de los trabajadores en la operación de venta del frigorífico, aunque ahora esa duda quedó despejada. Los obreros del pescado forman parte de la operación y continuarán la relación laboral, pero bajo otra empresa.
Allelocic es propietaria de dos fresqueros de grandes dimensiones, el Mellino VI y el San Andrés Apóstol, que suman unos 15 mil cajones por marea entre ambos. La idea de desembarcar en el circuito del reproceso en tierra estaría vinculada a dos objetivos relacionados entre sí: generar empleo directo con vistas a tener una mejor calificación a la hora de la renovación de las CITC.
“Cada vez le cuesta más vender el pescado en muelle. Tener un lugar propio donde reprocesarlo busca atender esa situación también”; contó una fuente empresaria.
Mientras Allelocic avanza en el tablero, el Grupo Caputo retrocede. La empresa vendedora inició a principios de 2020 un proceso de reducción de personal. Abrió el retiro voluntario y llegó a acuerdos indemnizatorios con decenas de trabajadores, incluso con aquellos que ya estaban en condiciones de tramitar su jubilación.
Con pocos barcos operativos, la constante era la falta de trabajo, el pago de garantía horaria y el crecimiento de costos fijos de una plantilla de personal que superaba las 130 personas. La venta de Taturiello se explica en la necesidad de reducir la estructura y ajustarla a la nueva realidad de la empresa. Por Roberto Garrone ,fuente revista puerto