Es una de las especies más valoradas en el mundo. En Argentina cada vez más gente lo consume y se realizan investigaciones para producirlo en sistemas de recirculación.
Autores: Alejo Irigoyen1-2 y Mariano Spinedi3
1- Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR), Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CCT CENPAT–CONICET). Boulevard Brown 2915, (U9120ACD) Puerto Madryn, Chubut, Argentina.
2- Proyecto de divulgación científica: @Proyectoarrecife – www.proyectoarrecife.com.ar
3- Estación de Maricultura del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), Paseo Victoria Ocampo N° 1, B7600EEP, Mar del Plata, Argentina.
El pez limón despierta pasiones de pescadores, cocineros, comensales y cualquiera que ponga el ojo en esta especie. Toda su constitución y comportamiento aportan variables que suman a esta realidad. De gran tamaño, fuerte, de movimientos rápidos y furtivos, de colores y fisonomía atractiva y calidad de carne exquisita. Además, su comportamiento incluye ignorar señuelos, carnadas y mantenerse lejos de pescadores submarinos y redes. Esto lo vuelve una obsesión para muchos, donde el fracaso en su búsqueda es “fija” y el premio de capturarlo un “tal vez”. Es un trofeo de pesca del que cada kilo vale más que el asado de primera. Este folclore del limón tiene su correlato científico, es muy poco lo que se sabe de esta especie, simplemente porque es muy difícil capturarla, verla y seguir sus movimientos. Como si todo esto fuera poco, se volvió una promesa como especie de cultivo en la región.
El pez limón – Biología y ecología
Se creyó durante mucho tiempo una especie cosmopolita de aguas tropicales y templadas, sin embargo, debido en gran parte al crecimiento de su cultivo a nivel mundial, hoy se cuenta con mayor conocimiento a nivel genético y no se la confunde con otros miembros del género, siendo el pez limón (Seriola lalandi) una especie de distribución exclusiva para el hemisferio sur y sus océanos, predominando ampliamente en aguas subtropicales y templadas.
En el océano Atlántico se encuentra desde el sur de Brasil hasta el norte de la Patagonia. Realiza grandes migraciones en su ciclo de vida y a medida que aumenta de tamaño aumenta la distancia de sus migraciones. En su ciclo estacional llega a Argentina desde Brasil y Uruguay en los meses más cálidos del año. En el norte del país la especie es registrada con regularidad desde fin de primavera hasta principios del otoño y en el extremo sur de su distribución (Golfo Nuevo) principalmente en verano.
De todos modos, en la Patagonia ya existen registros en pleno invierno y primavera, lo que sugiere que al menos parte de la población pasaría actualmente el ciclo anual completo en el sur. Este proceso es un déjà vu de lo que ocurrió con otras especies que aparecen cada vez más al sur y pasan más tiempo allí, como el besugo que ya es residente en la Patagonia. Este fenómeno, denominado tropicalización, es tomado como evidencia de cambio climático.
Se asocia su presencia en Argentina con una intensa actividad de alimentación. Se alimenta en su mayoría de peces pequeños pelágicos y de arrecifes (anchoas, sureles, pejerreyes, papamoscas y cocheritos) y en menor medida de crustáceos y calamares. Habitualmente otros cardúmenes son su blanco preferido, y es común que utilicen estrategias de captura, rodeando al cardumen de individuos presa y empleando un alto grado de coordinación entre los individuos del grupo. Estos peces están más especializados en la velocidad que en la fuerza, presentando gran desarrollo de músculos mandibulares y de los órganos de los sentidos, siendo un cazador visual neto.
Los sitios de reproducción son desconocidos por pescadores y biólogos, aunque se cree que son áreas profundas y alejadas de la costa del sur de Brasil, dado que los juveniles son registrados en áreas oceánicas formando grandes cardúmenes. En el Mar Argentino se observan individuos desde su primer año de vida entre 1 y 2 kilos de peso y 50 centímetros de largo (llegan a los 3-4 kilos y 80 centímetros a los 5 años de vida). Si bien no existen más datos de edad y crecimiento para la especie en la región, la información efectiva para otras poblaciones pone en contexto que los peces limón de gran tamaño son longevos.
El estado de la población del Atlántico Sur es desconocido, así como también se desconoce información básica (ciclos migratorios, áreas de cría, etc.) para su manejo y conservación. Cabe aclarar que existen otras cuatro especies similares de distribución más cálida que se registran hasta el sur de Brasil: Seriola dumerili (Medregal Coronado – Olho de Boi – GreaterAmberjack), Seriola Rivoliana (MedregalLimon – Remeiro-Almaco Jack), Seriola fasciata (Medregal Listado – OlheteListrado -LesserAmberjack) y Seriola zonata (Arabaiana Pintada – BandedRudderfish), pero que no se han visto en Argentina.
Foto : Primera redada costera dela especie 11/11/2020 en Patagonia. A nuestro conocimiento la primera en la historia de pesca de nuestro país. Se observa el equipo de pesca tipo de los rederos artesanales de costa (red, remos y embarcación de madera y fibra de vidrio).
Historia y actualidad de la pesca del limón en Mar del Plata y Golfo Nuevo
Desde comienzos de la década del 40 se ha pescado pez limón en las costas marplatenses. Principalmente se utilizó el arte de red de cerco (introducida por pescadores de origen italiano), que tenía como blanco especies pelágicas como la anchoíta y caballa y algunas de captura más irregular como el bonito y el pez limón. Estas especies pelágicas viven normalmente en las capas intermedias o superiores del agua y tienden a formar cardúmenes.
Por estas características, el arte de cerco (un tipo de arte activo), constituye una herramienta de captura adecuada. Esta técnica tradicional cercaba un cardumen de peces en la superficie, observando el comportamiento del mismo y el desarrollo de la operación, sin ayuda alguna de instrumentos hidroacústicos. El arrastre era realizado por dos lanchas, una vez cercado el cardumen, ambas cerraban el cerco, una recuperaba la red y ponía la captura abordo y la otra mantenía la red abierta.Las especies objetivo mencionadas, incluida el pez limón, principalmente se utilizaban como materia prima para el enlatado del “atún”. Actualmente, estas especies objetivo han dejado de ser buscadas, por lo menos con estos medios y para estos fines. Nadie podría imaginar hoy en día que una especie tan codiciada como el pez limón termine en un enlatado.
Otro método para capturar limones, más casero pero muy utilizado ha sido el arrastre con caña o simplemente con cabos de mano, de una suerte de señuelos artificiales caseros, los llamados “fiocos”. Éstos son confeccionados por los marineros con los elementos que más a la mano tienen, pelos, plumas, dedos de guantes desflecados y un anzuelo. Cualquier tipo de embarcación que se dirigiera al puerto de Mar del Plata en verano, y que contara con este conocimiento y con algo de suerte, podía hacerse, aunque esporádicamente, de una buena captura informal de limones. Las mayores capturas frente a las costas de Mar del Plata se dan en el denominado “Banco de Afuera”.
En las últimas décadas existe una pesquería deportiva de altura intensa durante toda la temporada sobre todo en afloramientos rocosos y zonas de cambios bruscos de profundidad frente a la ciudad de Mar del Plata. Se los busca en lanchas modernas hasta zonas muy alejadas de la costa usando tecnología acústica que ayuda a las embarcaciones a localizar los cardúmenes.
Foto : Pescador artesanal Ulises Del Rio. Noviembre de 2022 Playa Colombo, Golfo Nuevo. El ejemplar mayor que se observa llega al largo total de los récords de la especie para nuestro país (alrededor de 30 kg de peso según la condición física).
Es la especie más refinada de las excursiones de pesca de altura y se los tienta principalmente con dos técnicas de pesca con caña con señuelo artificial, el trolling y el jigging. El trolling es la pesca de arrastre de señuelos (fiocos modernos) desde una embarcación. El jigging es una modalidad de pesca vertical que se practica entre los 30 y 250 metros, sobre fondos con variaciones en su profundidad (arrecifes, bancos rocosos) y consiste en arrojar un señuelo artificial directamente hacia el fondo, para posteriormente recuperarlo a velocidad constante, simulando de esta forma una posible presa, estos señuelos generalmente son metálicos o de plomo y presentan una amplia gama de colores.
Las capturas de la pesca deportiva y en parte artesanal nutren una oferta de la especie en restaurantes y pescaderías selectas de la ciudad de Mar del Plata y Buenos Aires. El valor de esta especie supera al kilo de asado de primera, lo que sustenta los esfuerzos y hace rentables muchas salidas de pesca. La magnitud de esta pesquería es desconocida.
En la Patagonia la novela comienza en 1992 en “El Pedral”, Golfo Nuevo, donde se produce la primera captura de la especie por parte de un pescador de costa con carnada y anzuelo. El pueblo se entera por el periódico local. Luego Oscar Wheeler inicia en Pardelas la historia de capturas de la especie por parte de pescadores submarinos de la zona. Estas primeras capturas y las que siguieron llamaron la atención (o a la envidia) por el tamaño de los ejemplares (hasta 30 kg) y fueron esporádicas los primeros años. En la última década las capturas fueron cada vez más frecuentes y realizadas por un número cada vez mayor de pescadores submarinos en la margen norte del Golfo Nuevo (ver mapa), principalmente entre enero y febrero.
Esta fiebre por los limones se palpita en Puerto Pirámides donde, cuando el clima lo permite, salen las embarcaciones de pescadores submarinos que tratan de encontrase con los limones entre Playa Pardelas hasta la boca del Golfo Nuevo. La técnica por excelencia es la espera en “aleros” rocosos de entre 15 y 25 metros de profundidad. El buzo se sumerge con el aire de sus pulmones y arpón en mano espera inmóvil en el fondo que este pez “de pasada”, no solo pase, sino que la curiosidad lo haga acercarse a dar un vistazo. Solo unos pocos pescadores suelen tener capturas regulares, registrándose en algunos casos hasta 15 ejemplares en una embarcación, aunque el promedio son solo algunos ejemplares y en la mayoría de los intentos no se consigue nada. Más allá de estos datos y observaciones no se cuenta con datos del número de lanchas ni de pescadores submarinos afiebrados por el limón.
Desde las temporada de 2016 en la Patagonia además de registrarse mayor abundancia y regularidad en las apariciones de la especie, se registraron cardúmenes de ejemplares medianos y chicos (entre 4 y 10 kg), similares a los tamaños que se capturan en la provincia de Buenos Aires. También se registraron cardúmenes en épocas invernales en los muelles de la ciudad de Puerto Madryn, Bahia Cracker, boca del golfo y el Doradillo (Irigoyen datos sin publicar). En este contexto, a fin de primavera de 2020-21 y 22 se registraron capturas de la especie por parte de pescadores artesanales en playa Colombo, golfo Nuevo. En 2020 se produjo la primera redada, que parecía un milagro difícil de repetir.
Una especie rápida, de zonas profundas y de zonas alejadas de la costa de pronto es capturada en playas someras de arena por rederos de costa en embarcaciones diminutas, y a remo. Buscaban pejerrey y llevaron limón. La primera redada histórica fue de casi 50 ejemplares (primera y única de 2020). Luego en 2021 dos equipos de pescadores distintos lograron su redada que aunque más modesta venían a decir que no había sido suerte lo del 2020. Finalmente, en lo que va del 2022 estos equipos volvieron a repetir en total 5 redadas similares.
Foto : captura de reproductores de pez limón a bordo del buque Mar Argentino del INIDEP, año 2022.
Cultivo
Su altísima valoración gastronómica actualmente lo vuelve una promesa como especie de cultivo en la región. El programa de Maricultura del INIDEP de la ciudad de Mar del Plata viene trabajando con esta especie desde el 2016. Se logró por primera vez cerrar su ciclo de cultivo en Argentina, incluyendo captura de reproductores salvajes (provenientes de los bancos frente a Mar del Plata y del banco de pez limón), aclimatación al cautiverio, reproducción y desove por estímulos naturales (sin el uso de hormonas), cultivo de larvas, y engorde exitoso de esa progenie hasta llegar a los 3 kilos
La tecnología de cultivo utilizada, los sistemas de recirculación para la acuicultura (RAS), permiten un desarrollo del cultivo libre del uso de antibióticos y antiparasitarios. Con grandes empresas del sector pesquero, agrícola y gastronómico ya interesadas, el INIDEP se encuentra en los pasos previos a la transferencia de esta tecnología al sector privado, lo que permitirá a posteriori contar con pez limón de cultivo premium durante todo el año, cumpliendo con una demanda actual insatisfecha de la especie tanto en los mercados nacionales como internacionales. Brasil y Uruguay no registran desarrollos en el cultivo de esta especie, lo que posiciona a Argentina como pionero en la materia para el Atlántico Sud-Occidental, abriéndose una ventana de oportunidad sustancial para el desarrollo explosivo de la actividad en el país en los próximos años.
Manejo
El valor cultural y comercial de la especie para nuestro país es claro. Por el momento tenemos más preguntas que respuestas sobre la especie, cerramos con algunas: ¿Cuál es la ruta y ciclo migratorio? ¿Qué abundancia tiene en nuestro país? ¿Cuál es la captura de pescadores deportivos y comerciales (cañofilos, submarinos, rederos, etc.) actual e histórica? ¿Podría ser un recurso compartido con Uruguay y Brasil? ¿Solo se reproduce en Brasil?