CEPA y las conserveras solicitan que se les permita a los buques congeladores pescar especies pelágicas bajo los mismos requerimientos de los buques fresqueros en el Área de Veda de Merluza. El CFP recibió las notas, pero aún no lo aprobó. Oposición de Chubut.
La semana pasada el Consejo Federal Pesquero recibió una nota de CEPA en la que se solicita autorización para pescar anchoíta y caballa dentro del Área de Veda de Merluza, bajo los mismos requerimientos biológicos y de manejo que se les exigieron a los buques fresqueros semanas atrás. También tomaron vista de la nota a través de la cual la Cámara de Industriales del Pescado acompaña el pedido formulado por los congeladores, ante la imperiosa necesidad de materia que tienen para atender la demanda y dar continuidad laboral. El subsecretario de Pesca, Carlos Liberman, confirmó a REVISTA PUERTO que no se logró acuerdo por reparos ante el posible impacto que esta flota podría generar en el manejo del recurso y en los mercados. Adrián Awstin, representante de Chubut, confió a este medio que fue uno de los mayores opositores, dado que considera que la flota fresquera debiera poder abastecer a las conserveras.
La Cámara de Industriales envío una nota a CEPA solicitando la colaboración en la captura de especies pelágicas, para poder abastecer la creciente demanda que no puede satisfacer por escasez de materia prima. Su presidente, Alejandro Pennisi, señaló que “la provisión de materia prima les permitirá, además, “sostener una importante cantidad de puestos de trabajo” en la ciudad de Mar del Plata.
Las empresas que conforman CEPA se mostraron proclives a destinar algunos de sus barcos congeladores para ir en busca de estas especies y emitieron una nota al Consejo Federal Pesquero, solicitando autorización para pescar dentro de la Veda de Merluza.
Argumentaron su pedido indicando que según ha manifestado el INIDEP recientemente al Consejo Federal Pesquero, “no cuenta con elementos biológicos o científicos para desalentar que buques comerciales operen sobre especies pelágicas, con red de arrastre de media agua y en horas diurnas, en la zona mencionada”. Agregando que “no se ha hecho ningún reparo ni distingo en tipo de flota”. A la vez, destacaron “la imperiosa necesidad de abastecimiento de dichas especies para la industria conservera” y se comprometieron a destinar las capturas a las plantas en tierra de la ciudad de Mar del Plata.
El tema fue tratado por el Consejo Federal Pesquero en la reunión del jueves pasado, pero no constó en actas porque no hubo acuerdo. El subsecretario Carlos Liberman nos confirmó que algunos consejeros se mostraron reticentes a dar autorización por considerar que la medida puede generar algún impacto, que podría ser tanto biológico como en los mercados.
Respecto de la ausencia de discriminación de flota en las recomendaciones del INIDEP, a la hace referencia CEPA, Liberman señaló que “no se hace mención del tipo de flota porque la consulta sobre las posibilidades de que ingresen buques al Área de Veda de Merluza para pescar pelágicas, siempre se hizo sobre los buques fresqueros, no sobre los congeladores; y existe el temor de que cualquier buque de mayor porte y capacidad de pesca pueda generar algún impacto en el manejo”. También reconoció el Subsecretario que les preocupa el impacto que puede tener en el precio de mercado.
El consejero que presentó mayores repararos a la autorización de congeladores fue el representante de la provincia de Chubut, Adrián Awstin. Consultado por este medio, señaló que “con la autorización que ya se extendió a los fresqueros, debiera alcanzar para abastecer a la industria conservera”.
“Cuando encontramos un sistema que le permite a las flotas fresqueras de Mar del Plata y Rawson convivir sin fricciones, pudiendo ellos pescar anchoíta mientras Rawson pesca langostino y a su vez, una vez terminada la temporada, poder seguir pescando hasta mayo anchoíta, el ingreso de los congeladores puede romper ese esquema por su potencial de pesca y ser contraproducente”, amplió Awstin.
El representante chubutense en el CFP considera que el ingreso de los congeladores puede contribuir además a bajar el precio. “Va a caer por la cantidad y también por la calidad, no es lo mismo una anchoíta congelada. Estuve trabajando por años para posicionar la anchoíta patagónica, realizamos muchos estudios porque se cuestionaba su calidad, ahora no parece criterioso que ingresen los congeladores. Las conserveras deben saber que las estamos esperando en la Patagonia para que se instalen”, concluyó.
Respecto de la baja en la calidad, Awstin no era el único dentro del Consejo que lo sostenía, pero el hecho de la que la cámara de los conserveros acompañara el pedido de autorización de los congeladores, lo puso en duda. “Teníamos el preconcepto de que la anchoíta congelada no tenía la misma calidad que la de los fresqueros, pero al requerir el propio presidente de la Cámara de Industriales su participación, consideramos que es un punto sobre el que deberíamos profundizar”, refirió Liberman sobre este punto.
El gran problema es que al parecer no existe interés por parte de la flota fresquera de ir a buscar la anchoíta. En los últimos quince días solo ocho buques han solicitado autorización para pescar dentro de la Veda con red de media agua, realizando un total de tres viajes cada uno. Ayer solo un barco fresquero se encontraba operando.
Muchos barcos fresqueros que hicieron la temporada de langostino en este momento se han dirigido a la merluza, con el objetivo principal de cumplir con la explotación de la cuota de esa especie; otros directamente no han mostrado interés. Con este escenario parece imposible que las conserveras logren los niveles de abastecimiento que necesitan.
El tema no está cerrado en el Consejo Federal Pesquero; según confirmó el Subsecretario de Pesca se definirá en la próxima reunión. La consulta al INIDEP sobre la viabilidad biológica parece ser el primer paso necesario para determinar si pueden o no ingresar los buques congeladores dentro de la veda, con las artes permitidas y observadores a bordo. De no mediar impedimento científico, la instancia de los mercados ante el desinterés de los fresqueros no parecería constituir un problema y la calidad, a juzgar por la solicitud del sector industrial, tampoco.
Hasta ahora solo dos barcos congeladores se han preparado para pescar anchoíta y caballa, el Luca Mario y el Navegantes de la firma Solimeno, que aguardan, uno en alta mar y otro en muelle, la resolución del Consejo.
fuente revista puerto