Es la respuesta que recibió Nancy Jaramillo cuando interpeló a los dirigentes del Centro de Patrones, pero con apoyo de la oposición y de muchos capitanes, logró que por primera vez dos mujeres integren la Junta Electoral y formen parte de las listas.
El Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo se prepara para las próximas elecciones. Desde el oficialismo pretendían no dar espacio a las mujeres, pero la intervención de la capitana Nancy Jaramillo en defensa de un espacio de decisión fue clave para que tanto la Junta Electoral como cada una de las listas ocuparan el 30 por ciento del cupo femenino. Se trata de un hecho inédito que cuenta con el apoyo de los afiliados.
“Ya pregunté al señor Moreno por qué no se incluyeron mujeres en las listas y la respuesta fue porque no es para mujeres”, dijo la capitana Nancy Jaramillo, de pie, ante un auditorio que en su inmensa mayoría estaba conformado por hombres, durante la asamblea extraordinaria a través de la cual se elegirían las autoridades de la junta electoral para las elecciones de enero próximo. Mariano Moreno, al que se refirió la capitana, es el secretario adjunto del gremio.
“Lo estoy pidiendo no solo porque nos corresponde, sino porque nos hemos capacitado para ocupar los mismos lugares que ustedes; entonces, por qué nos siguen dejando afuera, permítannos ser parte”, concluyó Nancy y recibió el fuerte aplauso, no solo de las 12 mujeres marítimas que la acompañaban, sino también de la gran mayoría de sus colegas.
La Junta Electoral terminó, entonces, con una mujer entre los tres titulares y otra entre los tres suplentes que la conforman. “Querían darnos un lugar como suplente en la Junta Electoral, no como titulares, porque dijeron desde el oficialismo que es un lugar para hombres, no para una mujer. Este es un pequeño gran triunfo para las mujeres por ganar un espacio que era solo para hombres”, dice Nancy Jaramillo, vicepresidenta de la Junta Electoral.
Son cuatro listas las que participan de las elecciones y antes de que la capitana irrumpiera en la asamblea, solo una, la lista “10 de Noviembre” había incluido mujeres entre los candidatos. Luego todas las listas han incluido dos mujeres, cubriendo el 30 por ciento de cupo femenino. En total son 250 afiliados, de los cuales 40 son mujeres.
“La lista opositora, 10 de Noviembre, es la que más claramente apoya y nos tiene en cuenta, quieren que la mujer participe, que sea una voz más en la toma de decisiones, ellos me convocaron ya hace un tiempo, consideran que debemos ser una voz potente”, cuenta Jaramillo.
Nancy divide hoy su vida entre el agua y la militancia del proyecto de cupo femenino que ya tiene media sanción en Diputados. Es un mundo nuevo para ella, pero está dispuesta a dar su tiempo para conseguirlo. “Es necesario avanzar porque necesitamos apoyo para desarrollarnos como marítimas, yo estudié para llevar un barco, no para moverme en la política, pero no puedo tolerar más ver tantas injusticias, lo siento en la piel, tengo la necesidad y siento la obligación de hacer algo”, dice con contundencia, claridad y calma.
Días atrás, un portal pesquero dio a conocer el relato de Nancy Jaramillo sobre abusos sexuales a los que se vio sometida a lo largo de su vida arriba de los barcos. No lo había querido hacer público hasta ahora, no es la primera vez que se lo preguntaban, y siempre había preferido pasar de esos temas, pero esa vez sintió la necesidad de hablar. Lo que cambió fue entender que la visibilización de sus abusos podría contribuir a que dejen de ocurrir.
“Cuando por primera vez hablamos yo no pude contar los abusos que he sufrido, creía que no era correcto contarlo, me avergonzaba, hoy me sigue avergonzando, esta situación ilógica por la que el abusado siente vergüenza en lugar del abusador… pero a pesar de la vergüenza que me da que mi hijo, ya grande, sepa por lo que pasé, la vergüenza que me da exponerme, consideré que era necesario dejar de callar”, nos dice Nancy haciendo referencia a aquel primer reportaje que le hicimos, hace ya algunos años.
“Hay que sacarse la careta porque estas cosas no pueden seguir sucediendo, luego de que se conocieron los abusos que sufrí, un colega me dijo que había sido muy agresiva la forma en la que lo había contado… La agresiva soy yo que lo cuento y no el que me tapó la boca, me sujetó las manos y manoseó todo mi cuerpo… Esto tiene que cambiar, y las chicas que han pasado y pasan por estas situaciones deben saber que serán escuchadas, es la única forma de que se termine con los abusos. Todas las mujeres marítimas, en mayor o menor medida, ha pasado por situaciones de abuso, desprecio, discriminación… Hay que perder la vergüenza porque nosotras no somos las que actuamos mal”, cierra Nancy.
Educar en la inclusión y el respeto es una de las tareas pendientes que tiene el sector obrero marítimo. La inclusión de mujeres en la dirigencia gremial es una buena señal y el apoyo recibido de sus colegas no hace más que confirmar que se está gestando un cambio, absolutamente necesario.
Por Karina Fernandez
Fuente revista puerto