Los buenos resultados de la campaña de langostino podrían estar en juego

El INIDEP observó abundancia en aguas nacionales y signos de recuperación del recurso como consecuencia de la reducción del esfuerzo pesquero en 2019 y 2020, pero advierten que el aumento de la presión pesquera en 2021 podría afectar negativamente ese proceso.


lunes, 4 octubre de 2021

El informe de la campaña invernal de langostino que se desarrolló entre el 15 de julio y 10 de agosto para evaluar abundancia y el proceso de reclutamiento en el Golfo San Jorge, litoral de la provincia de Chubut y aguas adyacentes, comienza con una descripción del escenario observado en la pesquería desde el año 2017.

“En los últimos años se observó una disminución en las estimaciones del número de individuos y la biomasa de langostino en las zonas históricas de evaluación, con varios cambios en la población que incluyeron: retrasos en el inicio del proceso reproductivo, disminución del tamaño de las hembras reproductoras (con la consecuente disminución en el potencial reproductivo), disminución en las reservas del hepatopáncreas y gónadas (ligadas directamente al proceso reproductivo) y la desaceleración en la tasa de crecimiento, lo que resultó en individuos más chicos al inicio de la temporada de pesca en aguas de veda de protección de juveniles de merluza”

Todos estos cambios, indican los investigadores, “podrían haber estado relacionados, con el incremento del esfuerzo pesquero aplicado al recurso desde el año 2017, el cual no solo se vio incrementado por el número de buques, sino también en los días de operaciones de pesca, particularmente por la flota fresquera de altura”.

Recuerdan que, ante ese panorama, las autoridades en 2019 tomaron medidas de protección de ejemplares menores a L4 y prohibieron la pesca al Sur del Golfo San Jorge, creando un área de protección. Que en 2020 la pandemia, el conflicto sindical con la flota congeladora y una elevada presencia de merluza en muchas áreas, sumadas a las medidas de administración, dieron por resultado una disminución en el esfuerzo pesquero aplicado al recurso.

La consecuencia de esa combinación de factores fue que  la población comenzó a mostrar síntomas de recuperación: “No solo se observaron importantes concentraciones de individuos adultos en las campañas de noviembre de 2020 y marzo de 2021, los cuales fueron parte de la población que se protegió durante las temporadas 2019 y 2020”, sino también se observó un aumento en las concentraciones de reproductores, “quedando en evidencia la capacidad de reacción del langostino, negativa o positivamente, al impacto de la actividad pesquera”, señala Paula Moriondo Danovaro, jefa del Proyecto Langostino.

Las campañas invernales, como la que se analiza en este documento, tienen como objetivo principal analizar el proceso de crecimiento y reclutamiento del langostino para detectar y evaluar la cohorte que, potencialmente, estará disponible en las temporadas siguiente y subsiguiente a la realización de la campaña.

En la última campaña, los investigadores concluyeron que en todos los estratos se encontraron concentraciones de individuos en proceso de reclutamiento, en el sur del Golfo San Jorge se presentó el mayor porcentaje y en el litoral norte de Chubut el menor.

En comparación con la campaña de 2020, el porcentaje de ejemplares prerreclutas se incrementó en el total del área evaluada y en particular para cada uno de los estratos analizados. Y señalan los autores del documento que ello estaría relacionado con el aumento de la actividad reproductiva que se observó durante la campaña de marzo en donde el porcentaje de hembras maduras había ascendido notablemente con respecto a marzo de 2020.

La estimación de la abundancia relativa de la fracción de biomasa de langostino accesible a la pesca, en su conjunto, dio para los estratos sur y norte del golfo San Jorge el mayor número de individuos y de densidad, en orden de importancia, mientras que los valores obtenidos en el estrato litoral norte de Chubut fueron significativamente más bajos. Sin embargo, estimaciones acústicas permitieron comprobar, en este último caso, que la abundancia era muy superior a la registrada con la red.

Por lo tanto, la biomasa total estimada durante la campaña que fue de 32.486 toneladas y la numerosidad de individuos de 2.488.268.000, consideran que podrían resultar superiores al incorporarse los datos acústicos.

Para el total del área evaluada, no encontraron diferencias significativas en las estimaciones del número de individuos, salvo en el estrato norte del golfo, siendo mayor durante el año 2020, pero a pesar de esta situación, la biomasa estimada no fue menor, ya que los ejemplares capturados en 2021 fueron de mayor tamaño, explica el informe.

“En general, los langostinos hallados en la presente campaña son de mayor tamaño con respecto a los encontrados durante el año 2020, con un incremento en la longitud modal de 3 mm y muy similares al 2019”, aclaran en otro pasaje.

Por otra parte, indican que el mayor tamaño de los ejemplares reclutas observado “puede deberse a que el langostino se reprodujo en mejores condiciones ambientales y alimenticias (propias de la primavera-verano) generando una mayor tasa de crecimiento comparada a la observada en las últimas temporadas”.

“Los resultados indican que la población de langostino responde a los distintos niveles de explotación y esfuerzo pesquero aplicado. La reducción temporal y espacial de la actividad pesquera durante las temporadas 2019 y 2020 dio como resultado que la población, aún lejos de los parámetros históricos, muestre signos de recuperación”, enunciaron en las conclusiones.

Pero al mismo tiempo indicaron que “dado el nivel de esfuerzo que se está aplicando en la presente temporada, al momento mayor a los observados en las últimas temporadas, esperamos que el mismo no tenga implicancia negativa en la recuperación de los indicadores biológicos del langostino que se han observado en las últimas campañas”.

Recordemos que, al concluir esta campaña, el Programa de Langostino publicó el informe de alerta a las autoridades pesqueras respecto del aumento del esfuerzo pesquero producido en este año, de las prácticas irresponsables que se estaban llevando a cabo y el peligro de comprometer el recurso a futuro que esto representaba (ver “Se hace indispensable alertar a las autoridades”).

Aunque con posterioridad, la autoridad nacional comenzó a generar multas por infracción a las normas de explotación del recurso, como mayor tiempo de permanencia en zona de pesca, mayor velocidad y tiempo de arrastre de lo permitido, desde que se formuló la advertencia hasta el fin de la temporada en aguas nacionales dentro de la veda, la flota se siguió manejando bajo las mismas prácticas de pesca, señaladas por los investigadores como peligrosas para el recurso.

“La concreción de las próximas campañas de evaluación, a realizarse durante los meses de noviembre de 2021 y marzo de 2022, podrán darnos un panorama más acertado de los efectos del esfuerzo pesquero aplicado durante la temporada 2021 y del devenir de la temporada 2022”, finaliza el informe.

“No me preocupa lo que pueda pasar la próxima temporada, sino en las de 2023 y 2024”, señaló el biólogo especialista en el tema, Juan de la Garza, a este medio. Los efectos de las prácticas irresponsables es probable que no se vean inmediatamente, pero seguramente se verán, por lo que será imprescindible mejorar el manejo del recurso, los controles y exigir una mayor responsabilidad a las empresas que lo explotan .

Por Karina Fernández

fuente revista puerto

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