Certificado vigente, tripulación efectiva y una balsa que no se abrió “Siempre San Salvador”:

Prefectura investiga las causas del hundimiento del costero el sábado a la noche a 70 millas frente a Mar del Tuyú mientras pescaba corvina. Capitán y oficial de máquinas con varios años de experiencia. El buque tenía 450 cajones en bodega y estaba estibando un lance cuando perdió estabilidad y comenzó a escorar a babor.


martes, 3 agosto de 2021

“Guarda que tengo el agua hasta los tobillos”, avisó uno de los marineros del Siempre San Salvador en la noche del sábado mientras el resto de la tripulación iba descargando en cubierta un lance de corvina. Era el principio del fin.

No alcanzó para pedir que corran la captura de la cubierta para equilibrar el peso y alivien el chorizo con el resto de la captura que todavía quedaba en el agua. El barco escoró a babor de manera irremediable y ya fue imposible recuperar su estabilidad. Los tres que estaban más cerca de la popa saltaron directamente al agua. Minutos después el barco daba vuelta de campana.

El capitán, Silvio Martínez, avisó de la emergencia al capitán de El Faro, el costero con el que pescaba a la pareja y estaba a menos de doscientos metros esperando que terminaran de juntar la bolsa para comenzar ellos a desplegar la red y activó la balsa salvavidas, una de las dos que tenía el barco. Ahí saltaron los otros cinco que estaban a bordo.

“La otra balsa no la encontramos, posiblemente no se activó por estar sujeta a la cuna o porque algo la aprisionó cuando el barco se hundió” contaban ayer en Prefectura Mar del Plata. En la fuerza se enteraron de la emergencia en el Siempre San Salvador a las 21:40. A las 22 ya había zarpado el Guardacostas Río Luján hacia la zona del naufragio.

Con los ocho tripulantes a salvo el Guardacostas se encontró con El Faro a 90 millas al norte de Mar del Plata y lo escoltó hasta el ingreso a puerto. La noche estaba estrellada y el mar era una pileta al momento del hundimiento. En las exposiciones del día domingo, luego de reencontrarse con sus familiares, hay una sola divergencia. Si estaban estibando la bolsa séptima u octava cuando el barco perdió estabilidad. En todo lo demás los testimonios son parecidos.

“Estamos investigando qué fue lo que ocurrió”, dicen en Prefectura, aunque no habrá muchas chances de hacer pericias y todo se basará en la declaración de los sobrevivientes. El barco quedó hundido a 35 metros de profundidad.

Era el séptimo viaje que hacía el pesquero desde que salió del ex astillero Vanoli en Necochea, donde había encarado una profunda etapa de reparaciones y superó las pruebas de inspección de la Prefectura. Su certificado de seguridad en la navegación que emite dicha fuerza vencía el 20 de enero de 2027.

La tripulación es oriunda en su totalidad de Mar del Plata. Su oficial de máquinas, Amílcar Gallardo, hacía también más de tres años que trabajaba en el barco. Los nombres del resto de los tripulantes no fueron proporcionados por Prefectura aunque este medio pudo reconstruir la lista a partir de la consulta de distintas fuentes.

Los sobrevivientes, además del Capitán y el Jefe de Máquinas, son Claudio Oscar Zapulla, Guillermo Larraburu, Marcelo Gyorfi, Daniel Frías, José Luis Iavícoli y Daniel Vuoso. Ellos integraron el rol de embarque en la última marea.

El presidente de la Asociación que agrupa a los costeros es Quique Di Costanzo, el propietario del Siempre San Salvador en la empresa armadora “Lourdes Mar”. Era el único barco que tenía la empresa.

El barco había salido a pescar desde Mar del Plata el día anterior, 30 de junio. Al momento del naufragio tenía 450 cajones estibados en bodega. Sebastián Agliano estaba festejando su cumpleaños cuando le avisaron del naufragio. Dejó la celebración familiar y fue a Prefectura para interiorizarse del operativo de rescate.

“Era un barco noble, en perfecto estado de mantenimiento, un buque marinero… como el Carmelo A, que si te equivocás te da tiempo para poder abandonar la embarcación”, dijo el Gerente de la Asociación.

El Carmelo A fue un costero similar al Siempre San Salvador que se hundió en septiembre del año pasado mientras pescaba caballa a 114 millas náuticas de Bahía Blanca. Sus ocho tripulantes fueron rescatados con vida por el barco Pucará.

El operativo de asistencia a los familiares esta vez estuvo a la altura de lo que demandaba las circunstancias. Desde el primer momento en Prefectura habilitaron un salón de usos múltiples para que la familia pudiera aguardar la llegada de sus seres queridos y no se vivieron momentos repetidos en otros casos con allegados recorriendo los muelles o esperando a la intemperie.

Desde el CAPPS, el Centro de Asistencia Psicológica a familiares que funciona frente a Prefectura, también intervinieron con sus dos psicólogas atendiendo a los familiares en el salón de Prefectura. El coordinador del Centro, Claudio Cepeda, hace siete meses que trabaja gratis. Espera la renovación de su contrato por parte de la Subsecretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Provincia. Recién ayer, cuando se tomó conocimiento de su precaria situación, se comunicaron con el profesional desde Provincia para anticiparle que lo resolverían a la brevedad. fuente revista puerto

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