A pesar de las complicaciones que generó la pandemia del Covid-19 la flota logró buenas capturas, pudo mantenerse activa y logró vender toda la producción con valores razonables.
A pesar que los números generales del langostino muestran una temporada muy complicada, el sector de los fresqueros tuvo un balance muy positivo. Así lo reflejan las cifras para este grupo y lo confirman sus protagonistas. de acuerdo a Revista Puerto.
La realización de prospecciones con fresqueros permitió dar apertura a la pesca cuando los congeladores se mantenían amarrados al muelle y mantener la flota con un buen nivel de actividad a pesar de los inconvenientes logísticos que generó el brote de contagios del coronavirus.
La ausencia de conflictos laborales también contribuyó y una demanda constante de colas y productos elaborados colaboró para que el año más caótico en décadas sea recordado como uno bueno. Los desafíos a futuro son la certificación que debe estar sustentada por un plan de manejo, mejoras en la selectividad y también un escenario de mayor previsibilidad para poder consolidarse como procesadores.
Mariano Retrivi, responsable de Buena Pesca y socio fundador de ALFA, la asociación que nuclea a los barcos fresqueros langostineros, da un panorama de la temporada 2020 que ya ha concluido para ellos.
El empresario, tras calificar a la pasada como una muy buena temporada, destaca el esfuerzo realizado por las tripulaciones que aceptaron mantenerse embarcadas por períodos prolongados para minimizar los riesgos de contagio. Considera que la decisión de realizar testeos antes de cada zarpada también contribuyó a que la logística no se viera tan complicada y evitó la suspensión de mareas por casos sospechosos.
En cuanto a las capturas señala que han tenido muy buenos rendimientos y así lo refleja la estadística. Al 28 de octubre los fresqueros (incluidos los costeros) descargaron 84.089 toneladas, mientras que los congeladores 53.109 toneladas.
A diferencia de lo que ocurrió con los productos del congelado a bordo, la captura de los fresqueros destinada a reprocesamiento como la cola en bloque o productos con mayor valor agregado como el pelado y devenado, tuvieron una demanda sostenida; y los precios, si bien bajaron en comparación con 2019, no cayeron abruptamente, quedando al mes de octubre en un 8% por debajo del precio promedio. Pero sobre el final de la temporada los valores mejoraron, equiparando los del año pasado, colocándose por encima de los 7 mil dólares la tonelada.
En el caso de los productos con mayor valor agregado se lograron mejores precios y, cuanta más tecnología se aplicó en el packaging, mejores resultados se obtuvieron. Para el pelado y devenado se pagó ente 9 mil y 10 mil dólares la tonelada, llegando incluso a colocarse productos para supermercado a 15 mil dólares la tonelada.
“Vendimos todo y la demanda sigue firme, además cuanta más elaboración tiene más demanda hay en mercados de Europa y Estados Unidos”, cuenta Retrivi y hace una salvedad respecto de lo que ha ocurrido con China. A diferencia de lo que muestra la estadística oficial, el empresario sostiene que la demanda de ese país fue baja.
Según datos del INDEC, al 30 de septiembre el gigante asiático fue el principal mercado, al que se exportaron 13.739 toneladas, lo que representa un aumento respecto de 2019 del 23,8%; pero esta mayor demanda no llegó a las empresas medianas ni a los armadores independientes.
Explica Retrivi que en Argentina operan grupos empresarios de capitales chinos que se autoabastecen y han sido ellos los que han cubierto la demanda de China de productos para reprocesamiento. “Ese es el aumento que debe estar reflejando la estadística oficial, como así también los acuerdos preestablecidos que tienen algunos otros grupos empresarios, que incluso mandan la mercadería en consignación, son empresas grandes con espalda para esperar que el producto se venda. Puede considerarse que la demanda ha crecido cuando quienes no formamos parte de estos grupos recibimos pedidos y eso no pasó”, aclara.
En contrapartida, un mercado que parece haberse sumado definitivamente a la grilla es Perú, que este año requirió para el período analizado casi 7 mil toneladas, lo que representa un aumento en la demanda del 88% respecto del año pasado. “Es un lugar de reproceso y allí las plantas están preparadas para recibir grandes volúmenes, trabajan con mejores costos y muy buena calidad”.
Algunas empresas, como Conarpesa, tienen plantas de procesamiento en ese país y buena parte de su producción tiene ese destino. La posibilidad de tener previsión en el abastecimiento de materia prima les ha permitido a los peruanos consolidarse como procesadores y mantienen un plantel grande y estable de trabajadores, que en base al trabajo continuo van mejorando la productividad, siendo cada vez más eficientes. “Es una pena que acá no podamos hacer lo mismo pero nos resulta muy complicado”, señala el referente de ALFA.
Este año la producción en tierra de langostino en Mar del Plata, puerto base de Buena Proa y de buena parte de la flota de fresqueros, aumentó respecto del año pasado; pero las posibilidades de continuidad no están claras. “Hay muchas variables que ayudaron a que más gente se anime a procesar, pero para hacer un mayor volumen se necesita tomar más gente y ahí está el problema, porque como no sabemos si el año que viene vamos a pescar lo mismo o cuál será el precio del dólar, no podemos arriesgarnos a conformar un plantel estable más grande; entonces debemos tomar eventuales”.
El empresario explica que esta discontinuidad los obliga a estar todo el tiempo formando nuevos operarios, lo que les quita eficiencia y deriva en un mayor aumento de costos. “Si tenés la misma gente enseñás a trabajar el langostino una sola vez y luego solo se puede ir mejorando; pero de esta forma la productividad se ve afectada. Perú, en cambio, puede ir mejorando y esa situación termina dando por resultado una mayor rentabilidad”, sintetiza.
Los vaivenes de la economía atentan contra la generación de mano de obra en el langostino. “Si el tipo de cambio está atrasado la mano de obra se vuelve más cara en el país de origen. Con un dólar alto podemos competir pero con un dólar atrasado es muy difícil”, señala. La suba del valor del dólar en este año, fue una de las variantes que ayudaron a reactivar la actividad en las plantas de procesamiento, pero nadie sabe qué podría ocurrir el próximo año.
Para el empresario la incertidumbre que existe sobre el destino del dólar y las posibilidades de pesca que habrá en la próxima temporada, son variables que generan mucha incertidumbre en el sector. Desde ALFA han propuesto extender la temporada, comenzando a pescar antes en sectores más alejados; pero saben que esa posibilidad solo puede ser viable si las condiciones biológicas lo permiten.
“Si hacemos prospecciones pueden comenzar antes afuera del área de veda y hacia el sur, deberíamos saber si en esas zonas están dadas las condiciones. Con más investigación, con más información quizás podríamos”. Esto es lo que han propuesto desde la asociación de la que forma parte.
Otro punto sobre en el que Retrivi considera que es necesario avanzar de la mano de los investigadores es la certificación; los puntos que quedan por resolver con el INIDEP son la selectividad y el plan de manejo. Si bien celebra que se hayan comenzado a dar pasos concretos respecto de la elección de artes selectivas, considera que de cara a la próxima temporada será necesario que el sector en todo su conjunto, los funcionarios y los biólogos puedan avanzar en la confección del esperado plan de manejo.
Si bien considera que esta es una materia pendiente, destaca el trabajo realizado por la Subsecretaría de Pesca y la Dirección en los temas urgentes que debieron solucionarse durante un año tan atípico como este. “Sábados, domingos, todos los días estaban a nuestra disposición para solucionar los problemas que iban surgiendo, lo mismo debemos decir de la administración de Chubut, pese a todos los problemas que tenían nos ayudaron siempre, creemos que es importante destacarlo”, concluye el empresario del grupo de los fresqueros.